Nos han llegado ya varias consultas por diferentes vías sobre la situación en la que quedarían nuestras deudas si salimos del euro y se adopta otra moneda. El caso es que los niveles de deuda pública y privada en España alcanzan casi el 400% del PIB, fundamentalmente por el volumen de deuda privada y una hipotética salida del euro, nos pone en una situación realmente delicada, aunque la situación de nuestros acreedores no sería mucho mejor tampoco.
En el caso de cambio de moneda, se mantendría en principio el pago en la moneda original en la que el préstamo se llevó a cabo. Es decir, nosotros hemos firmado un préstamo en euros y salvo cambio legislativo, deberíamos seguir pagando en euros. Pero existe otra opción, que es la redenominación de las deudas a la moneda nueva, al igual que se hizo de manera previa a la entrada en el euro. El Gobierno, podría sacar un decreto de redenominación de deudas de euros a pesetas y fijar en simultáneo un tipo de cambio. Pero aquí, podemos encontrarnos con el efecto de la devaluación monetaria.
La salida del euro, la devaluación monetaria y el tipo de redenominación
El caso es que una salida del euro llevaría aparejada una devaluación monetaria de la nueva peseta (o como se llamara) y en este punto, la condicionalidad del momento de redenominación de las deudas a la nueva moneda es el plato fuerte de la jugada.
Si la redenominación a la nueva moneda se realiza antes de la devaluación monetaria y al tipo de cambio de entrada en el euro (166,386 pesetas), nuestras deudas van a bajar en el mismo porcentaje que la moneda se devalue. Esta es la situación óptima para reducir el volumen de deuda pública y privada. Por tanto, es el escenario más improbable porque les haríamos un simpa de los gordos a los acreedores internacionales españoles.
Pero si la redenominación a la nueva moneda se realiza después de una devaluación monetaria fuerte, nuestras deudas van a tener el mismo tipo de cambio a euros aunque estén nominadas en nuevas pesetas. Esta es la situación más desfavorable para todos ante una salida del euro de España y que generaría un impago global también.
¿Por qué esto genera un impago? Por el aumento nominal de la deuda que se genera.
El impago global, tanto público como privado
La situación actual hace que tengamos un volumen de deuda pública que supera los 700.000 millones de euros y en torno a los 3 billones de euros en el sector privado. Supongamos que salimos del euro, devaluamos la peseta y redenominamos las deudas después de una devaluación fuerte. Para entender el efecto, supongamos una familia en situación buena de pago con una nómina de 1.500 euros y una hipoteca pendiente de 100.000 euros que paga 400 euros al mes cómodamente (26,67% del salario).
Paso 1: Salimos del euro a al tipo de cambio de entrada. Este ciudadano, pasa a cobrar de 1.500 euros a poco más de 250.000 pesetas.
Paso 2: Devaluamos la moneda un 70%. Este ciudadano sigue ganando 250.000 pesetas, pero si saca la nariz fuera de España y cambia su moneda (suponiendo que algún país la aceptase) sólo le darían 884 euros por un salario mensual. El tipo de cambio de pesetas a euros ha pasado a 282,86 pesetas por euro.
Paso 3: Redenominamos las deudas. La hipoteca pendiente de 100.000 euros ahora pasaría a ser de 28.286.000 pesetas. (al tipo de cambio anterior sería de 16.638.600 pesetas). La cuota mensual ahora sería de 113.144 pesetas (45,25% del salario)
Tal y como vemos en el ejemplo, una salida del euro sin una quita global de deuda sería una verdadera locura dado que el volumen de deuda a pagar con moneda devaluada haría un impago generalizado a todos los niveles. No olvidemos que esta hipotética salida sólo se podría amortiguar con una inflación importante a medio plazo pero en ese caso, tampoco podríamos hacer frente a la mayoría de las necesidades básicas para vivir. Si España sale de euro, tendríamos que hacer un default completo, tanto a nivel público como privado.
Fuente:El Blog Salmón