En el Consejo de Ministros de hoy, el Gobierno ha cambiado la normativa del mercado de alquiler para, según dicen, fomentarlo frente a la vivienda en propiedad. Lo más comentado es el desahucio express (en diez días) pero hay más novedades.
Primero, se intentará minimizar la intervención judicial y los plazos para el desahucio. Si en diez días desde la presentación de la denuncia no se pagan las rentas debidas, se procederá al desahucio. Lo que se pretende en este caso es animar a los propietarios a alquilar sus viviendas, dándoles seguridad jurídica en caso de impago.
Segundo, se flexibilizan los contratos. Por un lado se reduce la prórroga obligatoria de cinco a tres años y la tácita de tres a uno. Se elimina que la actualización de la renta esté ligada al IPC y además el inquilino podrá irse en cualquier momento con tal de avisar con un mes de antelación.
Por último, se rebaja la fiscalidad de sociedades de alquiler (Socimi) de forma muy agresiva. El impuesto de sociedades será del 0%, aunque el dividendo tributará al 19% y estas sociedades estarán obligadas a repartir el 80% del beneficio como dividendo.
Análisis de la reforma
Estas tres medidas me dejan un sabor agridulce. Por un lado está claro que había que flexibilizar el mercado del alquiler. El desahucio sigue siendo un tema clave en la salida de viviendas al mercado del alquiler y llevo años oyendo que por fin se va a solucionar este problema. Esperemos que sea verdad y que no se quede en agua de borrajas por la saturación de algunos tribunales.
La flexibilidad en las condiciones del contrato también me parece positiva. Las dos partes deberían poder pactar las condiciones libremente sin tanta tutela legal. En otros países es así y tienen un gran mercado del alquiler, así que no podemos pensar que nuestro modelo en este sentido es bueno.
Y por último, el tema fiscal me parece un despropósito, un regalo para los poseedores del stock inmobiliario. Estos propietarios no tienen ahora mismo otra salida que alquilar, pues no hay crédito ni la situación económica acompaña para la venta de inmuebles. Luego, ¿por qué regalar dinero a estos grandes patrimonialistas? Me parece bien que se piense en ellos al flexibilizar el mercado, pues redunda positivamente en la sociedad, pero no en bajar los impuestos que pagan si ganan dinero.
Además, me parece un agravio comparativo. Las empresas que generan empleo pagan impuestos, pero las que han invertido muy mal en los últimos años y lo único que intentan es sacarle un rendimiento a su capital inmobiliario se les exime…
En definitiva, me parece que la reforma normativa va por el buen camino (espero que funcione) pero se añaden regalos fiscales que no me parecen nada bien. Esperemos que al menos esto sirva para que haya un viraje de la sociedad al alquiler, que es necesario en España.
Fuente:El Blog Salmón